Beatriz Vanegas Athías Cuando esta columna salga, es decir, hoy martes 31 de mayo, es posible que Gustavo Francisco Petro Urrego y Francia Helena Márquez Mina sean el nuevo presidente y la nueva vicepresidenta de Colombia. Al menos, es mi deseo, es mi sueño y como dice el proverbio árabe: “Donde hay un sueño, hay un camino”. He aprendido con el paso de los días, que uno tras otro son la vida (como canta el poeta Aurelio Arturo), el difícil arte de admirar en un país en el que desde niñas nos enseñan a competir y a guardar silencio mientras el otro (o la otra) habla; y cuando de responder se trata, no se hace para valorar lo oído, sino para contrarrestarlo sin argumentos porque en verdad no interesa que lo dicho por el interlocutor sea loable: lo que interesa es imponer mis propias (aunque absurdas) posiciones. Castrados para admirar y educados para envidiar no se tolera la grandeza, a cambio se acoge lo establecido, lo manido, lo mediocre. Es decir, para este contexto político que